Por Alicia Gutiérrez* y Beatriz Gutiérrez**
Cuando Olimpia de Gouges salía a las calles de París, atravesada por las ideas de igualdad y libertad, no pensó que su cabeza sería el costo a pagar por tanta osadía. Cuando en 1857 129 mujeres se decidieron por la huelga en la textil neoyorquina en la que eran explotadas, no pensaron que pagarían con sus cuerpos quemados semejante rebeldía.
Fenia Chertkoff, Alicia Moreau, Elvira Dellepiane de Rawson, Sara Justo, Julieta Lanteri, Elvira Rawson, Alfonsina Storni, María Luisa Lanteri, entre otras, se largaron a votar en 1920, enfrentando al sistema. Locas de la historia.Eva Perón pudo concretar los sueños de esas mujeres, llegar al cuarto oscuro y concretar el ejercicio de las urnas.
Otras locas en los setenta, silenciosas, pacíficas, madres y abuelas se colocaban un pañuelo blanco.
Como cada año nos permitimos hacer balances, recuperar historias, reconocer el camino, valorar a nuestras congéneres que nos fueron abriendo fronteras.
Y cada 8 de marzo, además de recibir flores, miramos hacia atrás lo hecho, pero nos proyectamos hacia la imagen de una mujer con autonomía, con poder de decisión, con derechos, la mujer que queremos ser.
Hay tutorías que aún no hemos superado, hay decisiones que aún no se nos permiten tomar. Estamos limitadas al cupo. Amenazadas nuestras adolescentes y jóvenes por las redes de trata y explotación sexual. Con derechos sexuales y reproductivos limitados aún a algunos fundamentalismos religiosos. Víctimas de violencias, físicas y de las otras. Con reivindicaciones que nos unen en la calle, en las plazas, en la comunidad. "Lo personal es político".
Florence Thomas escribía: "Sí, soy (somos) feminista(s) para que podamos oír otras voces, para aprender a escribir el guión humano desde la complejidad, la diversidad y la pluralidad". Así lo sentimos y lo repetimos.
*Diputada Provincial, Partido SI
*Secretaria de la Mujer - Partido SI
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