Por Beatriz Gutiérrez y Alicia Gutiérrez
Ahogadas de avisos comerciales que apuestan a la corta memoria, creemos necesario bucear en el pasado, en un pasado con mujeres comprometidas, a las que les debemos el camino recorrido. No sólo se conmemoran 100 años del 8 de marzo, fecha que reivindica la resistencia y la lucha por la emancipación de la mujer. En 1910 en nuestro país se realizaba el Primer Congreso Femenino, paralelo al oficialista Primer Congreso Patriótico de Mujeres que celebraban el Centenario y no podemos obviar los nombres de aquellas mujeres que se atrevieron, por fuera de lo institucional, a discutir, criticar, proponer y marchar hacia los derechos políticos y sociales que se les negaba a las argentinas, como Cecilia Grierson, Elvira Rawson, Julieta Lanteri, María Abella Ramírez, Alicia Moreau, Ernestina López, Petrona Eyle, Carolina Muzzilli y Juana Beguino.
Por otro lado, también estaban aquellas que tomaban la palabra en los mitines anarquistas y llamaban a hacer la revolución: "ni dios, ni patrón, ni marido", denunciando la explotación de las obreras, editando periódicos semiclandestinos, cuestionando el matrimonio y proclamando el amor libre. Ana María Mozon, Juana Rouco Buela, Virginia Bolten, Teresa Caporaletti, María Collazo.
¡¡¡Cuántas atrevidas!!! ¡¡¡Cuántas locas!!! Desde Olympe de Gouges hasta Evita. Desde las sufragistas hasta las que tomaron las calles en cada crisis de nuestro país para reclamar por trabajo digno, por educación para todos, por los hijos desaparecidos y niños apropiados. Rebeldes sin misa.
¡Cuántas muertas por este sistema que consume y tira! Sandra Cabrera. ¡¡Cuánto fundamentalismo religioso que mata mujeres!! Ana María Acevedo. Se ha caminado entre hogueras, inquisiciones y prisiones. Acusadas de brujas y malinches, botineras y prostitutas, aborteras asesinas, manipulando el cuerpo de las mujeres, pero sin darnos la libertad para decidir sobre él.
Podemos votar somos más , podemos consumir, podemos ocupar el tercer lugar en las listas elegibles. Podemos divorciarnos.
El límite es nuestro cuerpo y su control, las decisiones que no podemos tomar, ni discutir. Explotación sexual y laboral, maternidad impuesta a niñas violadas, maltrato en los partos, violencia doméstica y cuerpos apaleados. Y sin embargo, todos los pactos internacionales de protección de nuestros derechos han sido refrendados...
Se ha caminado, silenciosamente a veces y otras a los gritos, con el propósito de constituirnos en ciudadanas, libres de tutelas. Con alianzas, con acuerdos, con militancia. Peleando contra las trampas del lenguaje patriarcal, desenmascarando las exclusiones de la historia, deconstruyendo viejos paradigmas. Intentando con cada salida de sol integrarnos a una sociedad en la que la felicidad y el placer no nos sean vedados por causa de nuestro género.
*Partido SI Santa Fe
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http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/suplementos/rosario/subnotas/22634-2680-2010-03-08.html
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